Publicado el 21 de diciembre del 2023

Transformando las prácticas docentes en el aula: una mirada pedagógica para Ingeniería UBB

Esta actividad dirigida a académicos y profesionales de la Facultad de Ingeniería de la casa de estudios, tuvo por objetivo fortalecer las prácticas docentes al interior del aula de clase, en pos de un mejor desarrollo educativo para la comunidad universitaria. 

Enmarcado en el proyecto didáctica de la Facultad, el pasado 18 de diciembre, se llevó a cabo en la Sala de Postgrados, una capacitación que busca potenciar el proceso de enseñanza-aprendizaje entre profesores y estudiantes.

Conscientes de que en la actualidad se debe reforzar la formación pedagógica, tales como el uso de la voz, el espacio y el cuerpo, es fundamental aplicar herramientas eficaces para permitir una mayor dinámica en el aula. Elementos que de igual forma son claves para mantener la activación en relación al proceso formativo de ambas partes.

Al respecto, la Psicóloga de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Bío-Bío, Estela Drake Mendoza, indica que sostener la atención y motivación es cada vez más desafiante. “Creemos que es necesario ir incorporando otros componentes que activen las dinámicas en sala y propendan a un aprendizaje participativo y significativo”.

Agregando que “en la medida de que sabemos más cosas, debemos añadir esos saberes de forma activa para una mejor práctica pedagógica no solo desde la perspectiva ingenieril, sino también abriéndonos a otras disciplinas que tienen mucho que aportar”.

Líderes pedagógicos como parte de la visión estratégica

Observada la situación de que para marcar la diferencia se requiere de una introspección interna y colaborativa, la facilitadora de la jornada, Valeria Suárez, realzó el papel crucial que el docente desempeña en la formación profesional de los estudiantes al proporcionar conocimientos especializados, orientación, y habilidades relevantes para su campo de estudio.

“El académico actúa como mentor, brindando apoyo y guía para el crecimiento académico y profesional de los estudiantes. Esto implica cultivar relaciones positivas, promover la empatía y la comunicación efectiva, además de brindar apoyo emocional cuando sea necesario. Pueden ayudar a desplegar habilidades de resiliencia, autoconciencia y gestión del estrés, preparándolos para enfrentar los desafíos personales y profesionales con mayor equilibrio”, puntualiza.

Aseverando que incorporar prácticas integrales como actividades de construcción de equipos, implementación de foros de discusión y herramientas de retroalimentación puede fomentar vínculos más sólidos, influyendo positivamente en el bienestar emocional y social.

En este mismo escenario, menciona que otras medidas que se podrían contemplar son la integración de técnicas de resolución de conflictos, juegos de roles sociales, campañas de conciencia, entre otras. Las cuales promueven el rendimiento académico inclusivo-comprensivo, lo que siembra relaciones más saludables.

Finalmente, con la realización de este tipo de iniciativas se espera que en un futuro el mentor comprenda el valor de los principales recursos para estimular al estudiante y que, a su vez, utilice estos factores para enriquecer el ámbito educativo. “Adicionalmente, esta actividad tenía como propósito incluir elementos lúdicos que de forma sutil comiencen a despertar el proceso creativo que debe caracterizar al ingeniero o ingeniera”, concluye Drake.