Publicado el 10 de mayo del 2022

Los madereros como agentes de cambio para el desarrollo bioeconómico

La madera, como motor de desarrollo de la nueva bioeconomía, y de qué forma influye el profesional en su fomento, fueron algunos de los temas que se abordaron en la conferencia titulada «Perspectiva de la Industria de la Madera: Una visión global», del Dr. Williams Muñoz Toro, de la Empresa Chantiers Chibougamau-Nordic, Quebec, Canadá, en compañía del Director de Escuela de Ingeniería Civil en Industrias de la Madera, el Dr. Gerson Rojas Espinoza.

En la actualidad, la sociedad está haciendo frente a un cambio generacional, social y económico que va empujando el mundo hacia la utilización de materiales que no serán tan nocivos para el medio ambiente y, a la vez, te invitan a repensar ciertos procedimientos que indican cuál es la mejor manera de poner en práctica esos nuevos productos o procesos tecnológicos identificados.

La madera, justamente, es esa fuente de producto y componente para una socio-economía más eficiente. Gracias a los productos del futuro, como el concreto, acero, plásticos derivados del petróleo o combustibles fósiles, facilitarán que el alto impacto ambiental de hoy en día sea reemplazado por materiales que presentan un menor efecto.

Ahora, es consustancial destacar que el mercado está cambiando. La forma de actuar es muy distinta en comparación de hace años atrás. Nada permanece igual, ni siquiera la manera de consumir. La contingencia (COVID-19), es un claro ejemplo de cómo puede haber un viraje rápido en algunas prácticas de consumo. 

En base a este contexto se llevó a cabo la actividad. Esta se efectuó en torno a tres temas en específico. (1) Tendencias socio-económicas globales, (2) Los madereros en todo esto y, (3) Optimización y Mejoramiento continuo, Investigación y Desarrollo e Innovación.

El Dr. Williams explicó cuáles son las tendencias que se encuentran en constante apogeo. Entre ellas están: el aumento del PIB de forma exponencial, cómo el desarrollo tecnológico sigue siendo la fuerza principal para la economía global, el incremento de la población para el 2050 será de 2.000 millones de personas, el mercado de la vivienda es el principal destino para la madera sólida, el crecimiento de la urbanización a nivel mundial, y el cambio climático como un evento inevitable.

El doctor hace énfasis en que se puede trabajar en este último aspecto, por medio del cambio responsable; la madera es imprescindible para la bioeconomía, no obstante, debe ser observada desde una perspectiva más inteligente. Si bien existe un viraje verde, donde algunos van más rápido y otros más lento, este, aun así, se sellará de manera inexorable, porque hay un cambio social que impone y que existe, lo que permite que la evolución se vaya atenuando hasta el final.

Entonces, ¿cuál es el rol de las y los madereros? Los madereros tienen en este instante un dilema y ese dilema -como lo expresa el Dr. Muñoz- es representado por una orquesta. Cada persona tiene una especificidad en concreto, quienes están bajo las órdenes de un director que, a pesar de que no sepa tocar todos los instrumentos, sabe perfectamente cómo suenan. Por lo tanto, el espacio del mercado puede ser generalista o especialista y los procesos que se requieren para entrar a este nuevo desarrollo sostenible también precisan de estos profesionales, ya sea para lograr una transformación mecánica, química u otra.

Siguiendo esta línea, la madera como propulsora necesita de procesos: lineal, lineal-ramificado o ramificado. Sin embargo, para una mejor optimización, los profesionales en su capacidad como generalistas o especialistas deben interactuar con expertos de otros departamentos (RRHH, situaciones organizacionales, compras, transporte, acondicionamiento, ventas, inteligencia robótica y finanzas).

Lo anterior posibilita que los acontecimientos no se realicen siempre de la misma manera, sino a través de la incorporación de nuevos conocimientos. Esto se asemeja a una curva del aprendizaje, asociada a un dinamismo puro. Es decir, no es algo estático y puede ser ejercido tanto por generalistas como por especialistas, mediante un valor agregado intrínseco, que se traduce como la O&M (Optimización y Mejoramiento continuo), I+D (Investigación y Desarrollo) y la Innovación.

En palabras del doctor, «el espacio para los profesionales está ahí, solo deben dar el paso hacia adelante y querer realizar el cambio cualitativo de ser parte de la incorporación real de un material conocido milenario al desarrollo de la nueva economía; economía que, además, es circular».