Acallando el síndrome de la impostora: La historia de Consuelo Fertilio, Fundadora de Mujeres Ingenieras de Chile
La entrevistada, quien actualmente está realizando la planificación de la iniciativa Mujeres en la Ingeniería UBB, repasó desde su experiencia como estudiante hasta su consagración profesional como una ingeniera líder e inspiradora.

En 2019, impulsada por las brechas de género presentes en el rubro ingenieril, Consuelo Fertilio González decide formar la Fundación Mujeres Ingenieras de Chile, una organización sin fines de lucro que busca atraer a niñas y jóvenes a la ingeniería, además de brindarle apoyo a las mujeres ingenieras profesionales para que alcancen sus objetivos en el desarrollo de sus carreras laborales y reducir la brecha de género en las organizaciones.
A inicios de los 90, Consuelo Fertilio González era una estudiante de enseñanza media con grandes sueños y una gran facilidad por las matemáticas y la física. Además de disciplinada, también era una joven con el ojo puesto en la ingeniería, carrera que entraría a estudiar posteriormente en la Universidad de Santiago de Chile bajo la especialidad de Ingeniería Civil Eléctrica.
Cuando inició la educación superior en 1992, se encontró con que las mujeres en su carrera representaban aproximadamente el 2-3% de la cohorte de ingreso, sin embargo, este hecho no fue un impedimento para que pudiera culminar exitosamente sus estudios y sentirse cómoda en el proceso. “Fue una muy buena experiencia, en general, siempre tuve buen trato de mis pares y amigos, nunca me sentí por parte de ellos discriminada, ni mucho menos. Era como uno más, pero sí había casos de profesores más antiguos que decían que las mujeres veníamos a buscar marido o que estudiaste para saber cambiar las ampolletas de tu casa, pero yo no acusaba recibo”, relató Fertilio.
Al cumplir los 40 años, empezó a notar que no había muchas mujeres ingenieras en cargos de liderazgo. “Me empecé a preguntar por qué las mujeres no ocupábamos cargos de responsabilidad, si las mujeres teníamos las mismas competencias, habíamos pasado los mismos ramos y en algunos aspectos teníamos más habilidades ¿Qué nos pasaba que no nos atrevíamos a avanzar?”, se preguntó en ese entonces la ingeniera.
De esta manera nació Mujeres Ingenieras de Chile, fundación que busca visibilizar e impulsar a más mujeres en el ámbito de la ingeniería, para establecer redes de contacto y compartir capital social. “Buscamos potenciar las competencias profesionales que tenemos a través del área de capacitación y en las asesorías nos enfocamos en contribuir a crear en las organizaciones una cultura en base a la equidad de género, la conciliación y la corresponsabilidad”.
En la actualidad, esta organización suma más de 2.000 ingenieras desde Arica a Punta Arenas que participan activamente de sesiones de networking, seminarios, charlas y talleres pensados para ingenieras, estudiantes de ingeniería y escolares.
Sin embargo, las vacilaciones no estuvieron ausentes en el proceso de formación de Mujeres Ingenieras de Chile, fue difícil para Consuelo, quien narra que el síndrome de la impostora le estuvo acechando hasta que decidió dar el primer paso a finales del 2019, momento en que debido a la situación nacional tuvo que aplazar la creación de la fundación hasta marzo de 2020, donde se topó con la pandemia.
El síndrome de la impostora y la experiencia profesional
Propiciado por la inseguridad en la autopercepción, el llamado “síndrome de la impostora” es una vivencia con la que muchas mujeres pueden sentirse identificadas. Este “síndrome” es un sentimiento paralizante, propiciado por la falta de confianza que viven las mujeres por algunos periodos de tiempo, o en el peor de los casos, que les acompaña a lo largo de toda su vida.
Grandes y talentosas mujeres han declarado tener este “síndrome”, el cual fue acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes, quienes desde el 1978 han desarrollado múltiples estudios y publicaciones en torno a este tema.
Consuelo Fertilio es una de esas mujeres que ha acallado a esa impostora, que intentó sabotear sus planes de fundar Mujeres Ingenieras de Chile, respecto a esta experiencia, declaró que “lo que me permitió dar este paso, más que un hecho puntual, fue un poco el bajarle el volumen al síndrome de la impostora, que atormenta muchas veces a las mujeres en diferentes etapas de su vida, y atreverme a decir, lo voy a hacer, ojalá me resulte y a lo mejor tiene eco con lo que a las mujeres les sucede”.
Ligado también a la autopercepción profesional, la ingeniera manifestó que le llamaba mucho la atención la manera en que mujeres no postulaban de forma estratégica a sus trabajos. Ella lo atribuye a que las entrevistas laborales a las que muchas mujeres se ven expuestas no se centraban en sus capacidades ni talentos. “Antes perdía 20 minutos con preguntas sobre si iba a ser madre, si iba a tener un hijo, qué tipo de redes de apoyo tenía, entonces me hacían sentir que debía agradecer a quien me contratara siendo mujer en el ámbito eléctrico, entonces dije esto tiene que terminar”, recordó Fertilio.
Mujeres en Ingeniería UBB
Impulsado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Bío-Bío, nace el programa Mujeres en Ingeniería, iniciativa que busca potenciar el ingreso y permanencia de las mujeres en carreras de la ingeniería, ciencia y tecnología, a través de instancias de difusión, visibilización y generación de redes de apoyo.
Este programa, que es conocido por Consuelo, debido a que fue una de las expositoras del Congreso sobre liderazgo y equidad de género realizado el pasado 26 de septiembre, es una de las diversas iniciativas que instituciones educacionales, ONG’s y fundaciones han implementado para potenciar a las mujeres en la ingeniería.
Respecto a Mujeres en Ingeniería, destacó que la Facultad de Ingeniería UBB tiene un camino bastante recorrido, con un enfoque de género sólido, el cual es necesario no sólo para las mujeres del rubro ingenieril, sino para todos los y las estudiantes que en algún momento tendrán que liderar equipos.
Asimismo, señaló que uno de los desafíos más importantes para aumentar el ingreso y permanencia de las estudiantes en ingeniería, es lograr la visibilización de referentes. “Si pudiéramos visibilizar el aporte de las mujeres ingenieras en la historia y también en el presente, con sus innovaciones que nos permiten vivir en un mundo mejor, podríamos conectar y motivar a más niñas desde temprana edad con esas referencias”.
Finalmente, la entrevistada invitó a las nuevas generaciones a encantarse con la ingeniería, una carrera que destaca por su adaptabilidad y versatilidad. “La ingeniería es un área maravillosa y muy adaptable para que puedas desarrollar tu talento en la especialidad que elijas y luego trabajar en los rubros más variados, de acuerdo a tus preferencias, pero por sobre todo prepárate, atrévete y destácate con tu propio sello”, concluyó Fertilio.