Académica DIMAD realza el valor de la madera en la Construcción Resiliente

Publicado el 24 de julio del 2023

Debido a sus características, la madera es un material sustentable con excelentes propiedades para hacer frente a eventos adversos.

Cecilia Bustos, Académica del Departamento de Ingeniería en Maderas de la Universidad del Bío-Bío, busca realzar el rol de la madera y los productos de ingeniería para el fomento de la Construcción Resiliente. El rol de la madera radica en su capacidad para resistir y recuperarse de eventos adversos y crisis climáticas. La madera es un material sostenible con propiedades únicas que la hacen ideal para construcciones resilientes, especialmente frente a terremotos e incendios. Su característica viscolástica le permite comportarse tanto de manera viscosa como elástica, lo que la hace más adecuada para enfrentar movimientos sísmicos en comparación con materiales más rígidos como el hormigón.

“Nos enfrentamos a desafíos cada vez más complejos, como el cambio climático, los desastres naturales y las demandas de sostenibilidad, entonces el uso de la madera como material de construcción puede ayudar a mejorar la seguridad y la capacidad de recuperación de las estructuras frente a desastres naturales y eventos climáticos extremos. Además, su uso en la construcción puede contribuir a una mayor sustentabilidad y concientización sobre la importancia de utilizar materiales amigables con el medio ambiente en la edificación”, explicó la Dra. Bustos.

La característica viscolástica de la madera sería la responsable de hacerla un material para enfrentar los movimientos telúricos de mejor manera que el hormigón. “El que sea viscolástica significa que se comporta de manera viscosa, y elástica. En cambio, el hormigón es rígido. Ante un movimiento sísmico la madera va a ser capaz de ¡soportar estos movimientos sísmicos, en cambio otros materiales que son mucho más rígidos van a tener la capacidad de una menor deformación”, expuso la Dra. Bustos.

Relacionado a la capacidad de la madera de resistir el fuego, la académica señaló que la madera masiva o de grandes secciones, tal como la madera contralaminada (CLT) y vigas laminadas, entre otros, tiene un muy buen comportamiento ante el fuego, debido a su baja conductividad térmica y su capacidad de formar una carbonización superficial. Esto hace que la madera conserve sus propiedades físicas y mecánicas por mayor tiempo con respecto a otros materiales como el acero o el metalcom pues éstos últimos son muy conductores de calor.

“Se cree que la madera se quema muy fácilmente, que se pudre muy rápido, pero lo que las personas no saben es que si se diseña con resiliencia, se protege bien y se utilizan productos de ingeniería adecuados, la velocidad del avance de la llama es mucho más lenta que con otro tipo de materiales”, manifestó la académica quien ejemplificó con el incendio del Mall Plaza del Trébol en el año 2012, en el cual las vigas laminadas de pino pudieron soportar hasta 12 horas a la exposición frente al fuego.

Desafíos constructivos de la madera en nuestro país

El uso de madera para la construcción en nuestro país es aún un tema incipiente con respecto a los países más desarrollados. Diversos son los factores por los que en suelo nacional no predomina la construcción en este tipo de material, menos en edificios de altura.

“Chile presenta un 21% en promedio de construcción en madera, mientras que en os países desarrollados corresponde a aproximadamente a un 70%. Sin embargo, después del terremoto de 2010, Chile tuvo una gran lección porque las edificaciones que cayeron, que afortunadamente fueron pocas, eran todas de hormigón, tal vez mal diseñadas o calculadas o tal vez por problemas de suelo, entrfe otros, pero el concepto de construir en madera se comenzó a acuñar fuertemente en el país, a tal punto que bastantes esfuerzos se están realizando para el formento del uso de la madera en la construcción”, reflexionó Bustos.

Finalmente, la académica resaltó a la educación como aspecto primordial respecto a la concientización del uso de madera en edificaciones, tanto en materia de sustentabilidad como resiliencia constructiva. “El trabajo conjunto entre la Academia, las Empresas y Estado, puede permitir una sinergia muy interesante para lograr resultados de impacto con este noble material,” precisó la Dra. Bustos.